Un mojito en el Canal de Panamá

Canal de Panamá. Esclusas de Miraflores, atardecer del 17 de octubre de 2013 Estar en Panamá y no ver su Canal es como si vas a París y no te acercas a la Torre Eiffel o visitas Madrid y no llegas hasta la Puerta del Sol. Con una diferencia: el Canal no es solo un símbolo, como lo puedan ser la Torre Eiffel o la Puerta del Sol, o una seña de identidad de la ciudad y el país, es también, y sobre todo, una obra descomunal, grandiosa, espectacular. Una construcción histórica que permite dividir América en dos y atravesarla por el Centro, lo que no estaba previsto por la naturaleza. Llegamos a las esclusas de Miraflores cuando languidecía la tarde del 17 de octubre, sin muchas esperanzas de ver algo, ya que caía la luz con rapidez y en realidad íbamos a asistir a un acto oficial en el teatro anexo, con el tiempo más bien justo. Pero hubo suerte y nada más llegar pudimos subir hasta el mirador, cuando todavía había luz suficiente para ver con claridad las dos vías del canal y un edif...