Entradas

Mostrando entradas de junio, 2012

Por qué no

Imagen
And in the naked light I saw Ten thousand people, maybe more. People talking without speaking, People hearing without listening, People writing songs that voices never share And no one dare Disturb the sound of silence. (The Sound of Silence) Siempre que paso por aquella calle me acuerdo de ti. Creo que lo seguiré haciendo mientras viva, no hay remedio. La diferencia es que antes, según me acercaba a la zona cero, apretaba los dientes, y ahora me sale una extraña sonrisa, algo forzada, que dura hasta que me reflejo en un cristal y compruebo que los ojos, la mirada, me delatan. Vale, me ha vuelto a doler, lo reconozco. Pero un poquito menos que la última vez… Da igual. Tu recuerdo me dura quince segundos. En cuanto llego a la Gran Vía tomo una buena bocanada de aire contaminado y me quedo como nuevo. Ya ha pasado la medianoche y me dirijo a mi cobijo de la noche madrileña , el antro donde los problemas no existen y sólo vale sonreír, esta vez de verdad, sin

Noche de claro de luna

Imagen
Si la cabeza no para de girar si sientes que la fuerza se te va y siempre tienes gana de escapar, de escapar anímate a crecer en la vida en esta vida que te ha tocao reinvéntate y siente la alegría de los que están a tu lao levántate sin echar cuenta de las veces que has tropezao (Chambao) Es enero y la playa está vacía. Solo estamos tú y yo, sentados en la arena, comiéndonos con los ojos esta puesta de sol que nos regala el final del día. Las olas llegan pausadas, con tranquilidad, hasta la orilla. Apenas se envalentonan al romper, mientras reflejan en su espuma la luz crepuscular. Es como si todo se hubiera puesto de acuerdo para crear este anochecer de melancolía y paz.  Si pudiera quedarme siempre aquí, si pudiera al menos llevarme un trocito de este mar Mediterráneo que parece arder, si pudiera volver a ti cada día, a esta misma hora, para vivir juntos ese momento siempre misterioso que da paso a la noche cerrada, si pudiera oler la brisa del mar cuando más lejos estoy de

Cita a ciegas

Imagen
(Aclaración: la primera persona utilizada no implica que el autor sea el protagonista, ni mucho menos que lo narrado sea verídico) Llovía con ganas en Madrid , pero no me importaba. Me negué a coger un paraguas y me lancé a la aventura, con la vaga esperanza de que cuando saliera del Metro, al llegar a mi destino, hubiera escampado. Como si viajara a otra ciudad, cuando en realidad sólo iba siete paradas más allá. En cada estación, la entrada de pasajeros con la ropa empapada iba destruyendo mi optimismo sobre el tiempo. Me consolé: la lluvia da buena suerte, dicen. En realidad los supersticiosos se refieren a las bodas, pero me valía igual. El Retiro siempre me ha fascinado por la noche. Tiene un extraño poder de atracción que me arrastra a su interior, aunque al final siempre gana mi desconfianza y me planto en su puerta mirando hacia la negrura que se pierde allá a lo lejos. Me digo, una vez más, que me encantaría pasar una noche en el Parque, cuando cierren todas l