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Mostrando entradas de enero, 2013

Verano en enero

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Anochecer en Santiago de Chile, a finales de enero En Santiago de Chile me ha sorprendido el verano en pleno mes de enero. Se nota en el aire. Los árboles desprenden un olor a estío que te agita por dentro. Se nota en la gente, en el buen humor que acompaña al buen tiempo. Y se nota en la calle, que rebosa vida por los cuatro costados. La Avenida de Providencia transcurre paralela a un río no más ancho que el Manzanares, pero con una corriente que arrastraría a un camión. Baja de las montañas con fuerza, tanta que su color es marrón por la erosión. Junto al cauce del río, ahora bajo, pero que ha llegado a desbordarse, hay un parque lineal verde. Es el verano en toda su plenitud. Decenas y decenas de parejas acompañan al atardecer tumbadas en el césped entre arrumacos y besos de enamorados. El sol se va poniendo y el agua del río se torna gris, mientras su gruñido continuo se hace más fuerte, más penetrante. La languidez propia de la estación alarga el crepúsculo, y la melanco

Novato en Argel

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Casa del Pueblo de Argelia. Argel, 10 de enero de 2013 El camino del aeropuerto al hotel es el primer contacto que tengo en mi vida con Argelia. En la autopista hay un atasco caótico, que los dos microbuses de prensa van sorteando con policía avanzada. A la izquierda, altos edificios de viviendas que no conocen el mantenimiento, con la pintura caída a trozos, y decenas, centenares de antenas parabólicas en los pisos. La ropa de la colada luce en infinidad de terrazas, ajenas a la contaminación de los coches y a la humedad corrosiva que llega del mar. Los conductores esquivan obstáculos en la carretera como si se tratara de un videojuego, con fuertes volantazos, frenazos, acelerones, a una velocidad impropia para el tráfico que hay, y siempre por el arcén. A la derecha, un mar espléndido y la industria del puerto. Ni rastro de zonas de recreo. Llegamos al complejo del hotel, en la ladera de una colina que mira hacia la bahía. Los microbuses están decidido a dejarnos en la mism

Dominus Providebit

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Brindis por el año nuevo, el 2 de enero de 2012, en el Mercado de San Miguel de Madrid 2013 ha nacido gafado. Lo han gafado los políticos. Ya nos han dicho que será un año muy duro, sobre todo el primer semestre, y así no hay manera de ser optimistas. Nadie se atreve a afirmar con toda seguridad que no llegaremos a los seis millones de parados en España. Lagarto, lagarto. Así que acabamos de estrenar el año y ya dan ganas de que termine cuanto antes para comprobar si realmente 2014 será el momento de la salida, esta vez de verdad, de la crisis que nos ahoga desde 2008. Seamos positivos. Vamos a verlo de otra manera. Hay crisis. Vale. Lo sabemos. Seguiremos trabajando y luchando para salir cuanto antes. Pero también hay vida, 365 días de nuestras vidas que no podemos dejar escapar.  Porque estamos en invierno, pero volverá la primavera y volverán las oscuras golondrinas de Bécquer, en tu balcón sus nidos a colgar. (Ya sé que es muy recurrente lo de las golondrinas, pero no me h