Dominus Providebit

Brindis por el año nuevo, el 2 de enero de 2012, en el Mercado de San Miguel de Madrid

2013 ha nacido gafado. Lo han gafado los políticos. Ya nos han dicho que será un año muy duro, sobre todo el primer semestre, y así no hay manera de ser optimistas. Nadie se atreve a afirmar con toda seguridad que no llegaremos a los seis millones de parados en España. Lagarto, lagarto. Así que acabamos de estrenar el año y ya dan ganas de que termine cuanto antes para comprobar si realmente 2014 será el momento de la salida, esta vez de verdad, de la crisis que nos ahoga desde 2008.

Seamos positivos. Vamos a verlo de otra manera. Hay crisis. Vale. Lo sabemos. Seguiremos trabajando y luchando para salir cuanto antes. Pero también hay vida, 365 días de nuestras vidas que no podemos dejar escapar. 

Porque estamos en invierno, pero volverá la primavera y volverán las oscuras golondrinas de Bécquer, en tu balcón sus nidos a colgar. (Ya sé que es muy recurrente lo de las golondrinas, pero no me he podido resistir a escribirlo...) Volverán los días de sol y calor, la plenitud de los cerezos y almendros, el olor a azafrán y las noches mágicas de abril. Volverán los viajes al mar, espero, a ese rinconcito del planeta donde nos sentimos mejor que en ningún otro sitio. Volverán los claros de luna, las comidas junto al Mediterráneo, las cenas en el puerto y las caminatas por los acantilados.

Volverán las noches de fiesta en Madrid, las salidas, las cenas y las copas. Las largas expediciones por el centro y el disfrute de la ciudad en cada una de sus horas. Volverán las esperanzas y las mañanas pletóricas, en las que te comerías el mundo entero.

Volverán las buenas noticias, las sorpresas, las recompensas por el trabajo bien hecho. Volverán las vacaciones, los viajes al infinito y más allá. Volverá el placer íntimo de leer un buen libro, de ver una buena película o de escuchar esa canción que ya se queda contigo para siempre.

Volverá la ilusión. Quizás la decepción, pero que nos quiten lo bailado. Volverán las oportunidades, que no dejaremos escapar. Esta vez no. 

Y volveremos a vernos muchas veces. 

Dentro de un año brindaremos de nuevo por otros 365 días de vida. Mientras tanto, en este 2013, Dominus Providebit. Dios proveerá. 

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