Negativo

Madrid, atardecer del 13 de mayo de 2020

"Vivir mucho tiempo a solas en el espesor cerrado de uno mismo es como trabajar en un sótano o en un pozo. El antídoto de los fantasmas son las presencias verdaderas. Solo las voces cercanas, las voces reales, las voces cordiales de la amistad y la ternura, disipan o alejan las otras voces que no oyes más que tú".

Antonio Muñoz Molina, en "Un andar solitario entre la gente"
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Hoy se cumplen dos meses desde que Pedro Sánchez decretó el estado de alarma en España por la pandemia del coronavirus, y qué mejor manera de "celebrarlo" que hacerme la prueba. A las 9.45 tenía cita en Quirón. Un pinchacito en el dedo y 20 minutos después ya tenía el resultado: negativo. Ni tengo Covid-19 ni he creado anticuerpos, lo cual no sé si es bueno o malo, porque sigo estando totalmente expuesto al bicho.

Estar solo en el confinamiento se hace muy cuesta arriba a veces, pero he tenido mi propia rutina para afrontar esta pesadilla: ejercicio en casa, comida sana y ordenada y salida a trabajar casi casi a diario. Y en casa, lectura, información y limpieza. Además de teletrabajo, claro, que es permanente en esta situación.

Hoy me he dado un paseo corto por mi barrio, justo después de las ocho. Hace bastante fresco, pero da igual, la gente se echa a la calle en masa. Como no es posible ir a ningún lado, ni bares, ni restaurantes, ni tiendas ni nada de nada, la gente se mueve de aquí para allá por el mero hecho de poder estar en la calle. Hay necesidad de movimiento y de ver gente a nuestro alrededor, aunque sea con mascarilla y evitando acercarnos más de la cuenta.

Ayer fui al parque de Moratalaz que tiene unas vistas espectaculares de toda la ciudad. La tarde era mucho más apacible que la de hoy. El sol caía al otro lado de Madrid entre nubes rotas. Muero de ganas de volver al centro, de tomarme una cerveza, de cenar y de pasear por esta ciudad que es mi vida.