7 de mayo

Última puesta de sol en Moraira, 12 de enero de 2012. 


Puede que sea esta la canción
La que nunca te escribí
Tal vez te alegre el corazón
No hay más motivo ni razón
Que me acordé de ti
("Me acordé de ti", Fito & Fitipaldis)

Hay fechas en el calendario que un día lo fueron todo, y hoy ya no son nada. Una vez se celebraron y ahora han caído en el olvido, perdidas en una semana cualquiera de un mes corriente, sin esa aura especial que tuvieron en alguna ocasión.

Conducía hacia Madrid a la caída de la tarde, y me fijé en la hora y la fecha de calendario en el salpicadero del coche: 7 de mayo. "Siete de mayo", dije, como recuperando un lejano recuerdo de algún momento feliz en mi vida. "Siete de mayo". Me sonaba bien y no sabía por qué. Hasta que caí.

Siete de mayo, volví a repetir, y fue como abrir una compuerta que permanecía cerrada bajo siete llaves. En mi cabeza entraron de golpe decenas de imágenes, de recuerdos, de vivencias, de momentos felices mientras conducía a la altura de San Sebastián de los Reyes.

Me vi en Mallorca, otro siete de mayo, en Lanzarote, en el País Vasco, en París, en los castillos del Loira, en Arcachon, en Toulouse, en Zanzibar, en Los Ángeles, en San Francisco, en Sausalito, en el Teide, en Fuerteventura, en Treviño, en Galicia, en Moraira, en la Puerta del Sol, en el Palacio Real, en Pintor Rosales, en Polana y en Uceda. Escenas reales como si las hubiera vivido esta mañana entraron en mi mente, unas sobre otras.

Sin saber por qué mi torrente de pensamientos se detuvo en ese último atardecer en la playa de Moraira, con una puesta de sol que cortaba la respiración. Ese día pensé que era afortunado y no había sabido valorarlo. A veces tienes un tesoro y le das la espalda, no lo cuidas, no lo vigilas, no lo abrazas y prefieres ir detrás de una baratija. Un día te vuelves para mirarlo y resulta que ya no está ahí, que te lo han robado.

Aquella tarde de enero en Moraira miramos juntos el horizonte, sobre la arena húmeda y fría de nuestra playa.  El último resplandor del sol hacía brillar el mar con agua de fuego. Unas pequeñas olas levantaban algo de espuma junto a la orilla y nos arropaban con susurros al romper. A lo lejos, el Peñón de Ifach, que habíamos conquistado tiempo atrás. En los últimos meses había pasado un tsunami sobre nosotros, pero ahora todo parecía en calma, en paz. En ese momento pensé, iluso, que todo tiene solución, debe tenerla, y que algún día recuperaría mi tesoro.

Lo cierto es que nunca he tenido dotes de adivino. Me equivoqué por completo, una vez más. Ahora miro el calendario con extrañeza: 7 de mayo. ¿Y qué? Lo que un día celebramos y mereció aquellos brindis de "para siempre" hoy no es más que un martes cualquiera sin ningún significado, con un teléfono silencioso y frío olvidado sobre la mesa.

Comentarios

  1. Nunca fui muy hábil con las palabras... nunca como tu... pero hoy si que me acordé de ti, y ayer también y todos los días que han pasado desde aquel día de Septiembre de hace ya más de un año.
    Si también me atormenta el pasado. Ahí están los álbumes llenos de fotos de nuestros viajes, ahí están los libros que me regalaste con dedicatorias llenas de amor, ahí está la ropa, los regalos que me acompañan siempre...
    Pero si es cierto que algo ha cambiado. Por lo menos hoy. Y es que hay otra persona en mi vida... no se si para siempre... perdí la fe en esas palabras... de tanto pensar que podían ser ciertas...
    Cometimos errores... todo el mundo comete errores y no por eso tenemos que vivir atormentados... yo espero que el tiempo cure las cicatrices... pero las heridas siguen abiertas y eso significa que algo sigue vivo...
    Cuando leo en tu blog, cuando hablamos por teléfono, te mando wasaps, Cuando te veo... se me pone la piel de gallina y no dejo de preguntarme... Porque llegamos a esto? que hicimos mal? porque no lo arreglamos en su momento?
    Son muchas preguntas sin respuestas... Y ahora estamos donde estamos... Y todo es complicado, y nada es igual, y estamos perdidos...
    Y hoy estoy triste... Y tengo ganas de verte y abrazarte... Con el corazón partido.

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