Viernes negro

Puerta del Sol, jueves 24 de noviembre de 2016

"¿Será que el afecto traza en el corazón unos caminos por los que gusta volver a pasar?"

Honoré de Balzac, en "Las ilusiones perdidas"
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Este año ha tocado un noviembre lluvioso y frío en Madrid, pero lo desapacible del tiempo no me detuvo en mi expedición habitual por el laberinto del centro. Salí del Metro en la Puerta del Sol y me recibió un enorme árbol de hierros y cables, iluminado en tonos azules, que trataba de insuflar cierto espíritu navideño a las centenares de personas que en ese momento, pasadas las siete de la tarde, rondaban por la plaza. Las arterias que salen de Sol no se quedaban atrás en sus animaciones festivas, a base de creaciones luminosas que parecían pender del aire. 

Nada sería extraño si no fuera porque es 24 de noviembre, queda un mes para la Nochebuena, y las luces típicas de estas fiestas no solían encenderse hasta el puente de la Constitución. ¿A qué vienen estas prisas? Al comercio, por supuesto.

El día siguiente es "Black Friday", horrible término importado desde Estados Unidos, donde ese día se hacen grandes descuentos comerciales. Allí tiene una razón: la jornada anterior, el jueves, es el día de Acción de Gracias, gran celebración en aquel país, y el viernes se sufría una especie de fuerte resaca que los comercios intentaron remediar convirtiendo el "Black Friday" en una jornada de ofertas, que abre de hecho la campaña navideña.

Los españoles, los europeos en general, hemos ido detrás como ovejas. Da igual que aquí no tenga ningún sentido un "Black Friday", sencillamente porque no hay día de acción de gracias, y por tanto no sufrimos ninguna resaca. La resaca, en realidad, dura todo el año. Y solo por eso no está mal que se inventen fórmulas para animar el comercio. Pero un poquito de imaginación no estaría nada mal. ¡Más creatividad, que en España no nos falta!

Paseo por la calle de Preciados, por la calle del Carmen, por Callao, Gran Vía, Fuencarral... No hay comercio que escape de las ofertas del "Black Friday", con anuncios de descuentos en torno a un 20 o un 30 por ciento en artículos seleccionados. Es una moda relativamente reciente, pues hace pocos años apenas era conocida aquí. 

Todo es "viernes negro" en Madrid, desde el jueves... Una expresión sin sentido en esta tierra y en este día, pero se esperan manadas de gente acudiendo a los comercios. Por mi parte, los evito durante todo el viernes, hasta que por la noche me acerco al Carrefour que está al lado de mi casa. Quiero comprar algo de pescado para cenar. El filete de emperador está en oferta... de "Black Friday". No se hable más, mi resistencia duró hasta el último minuto... pero el pescado me venció.