Domingo de Ramos

La Charcuela, octubre de 2012

Look at me
It really was not easy
But I can breathe
And I'm so grateful 'cause I can see
I am free to do exactly what I please
So come with me to a place where we can be

Ooh I wanna touch the sky
I wanna fly so high
Ooh I wanna hold you
I wanna love you tonight
(...)

Follow me to a place where we can be absolutely free

(Sky, Sonique)


Esta mañana al subir la persiana de mi habitación se han colado los rayos del sol hasta la cama. Es Domingo de Ramos, uno de los días más bonitos del año, una de esas fechas que marcan el paso del calendario, de los años.

Ahora mismo está toda España pendiente del cielo: lloverá o no lloverá. En Madrid hay algunas nubes y no está nada claro lo que vaya a pasar por la tarde, cuando a la caída del Sol salga la procesión de Los Estudiantes desde la Basílica de San Miguel y recorra el Madrid de los Austrias. Un año más.

Como cada Domingo de Ramos desde que me salí del Palio, iré por la noche a ver la recogida de la Virgen. De nuevo sentiré un nudo en el estómago, pensaré en mi padre, que lo estará viendo desde un lugar privilegiado en el cielo, y seguramente me arrepienta de no estar ahí debajo, entre las trabajaderas, donde ya estuve diez años.

Y quizás piense en ti. O quizás ya no. Como dice la canción, no fue fácil, pero puedo respirar. Y soy exactamente libre de hacer lo que quiera. Libre para mirar hacia delante y sentirme, por fin, bien, muy bien.


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