Postes de amarre

Vista desde Moraira, en una imagen tomada en 2008
"La memoria es un monstruo: olvidas, ella no. Sencillamente lo archiva todo; lo conserva todo para ti, o te lo oculta. La memoria evoca recuerdos por voluntad propia. Imaginas que tienes memoria, ¡pero la memoria te tiene a ti!"

John Irving, en "Personas como yo"
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Poste: "Madero, piedra o columna colocada verticalmente para servir de apoyo o de señal".
Amarrar: "Sujetar el buque en el puerto o en cualquier fondeadero, por medio de anclas y cadenas o cables".

Hasta el velero más ligero y con menos cadenas necesita, en un momento dado, la seguridad de los postes de amarre. Para fondear después de una travesía, arreglar averías, repostar, ponerse a punto, descansar... Y para sentirse seguro ante una tempestad, cuando la mar brava amenaza con tragárselo en menos que canta un gallo. 

Todos necesitamos postes de amarre, uno, cuatro, diez... Los que sean. Saber que después de navegar, con rumbo o sin él, en aguas tranquilas o turbulentas, existe alguien que nos espera, que nos da seguridad, que nos acoge, que en realidad da sentido a nuestra vida. Solo un insensato quemaría todos sus postes y partiría sin pensar que, antes o después, deberá tener un puerto donde amarrar si no quiere irse a pique.

Yo tengo claros cuáles son mis postes de amarre. ¿Lo tienes tú?



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