La estrella que más brilla

Atardecer en Uceda, 20 de mayo de 2017

"Al mirar al cielo miramos al pasado, y cuanto más lejos estemos observando más atrás en el tiempo lo haremos. Si miramos una estrella, o una galaxia, lo que vemos es su luz, pero no la que está emitiendo en el presente, sino la que emitió en algún momento del pasado. Esa luz, antes de llegar a nosotros, ha tenido que viajar durante miles, millones o incluso miles de millones de años. Por eso la vemos tal y como era cuando emitió la luz"

Catherine Heymans, entrevista en "ABC"
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Hoy querría tumbarme en el campo y mirar las estrellas junto a mi padre. Quedarnos callados los dos y no dejar de observar el universo que nos rodea y que nos hace sentir infinitamente pequeños. Querría volver a escuchar sus explicaciones sobre la galaxia y los misterios que hay ante nuestros ojos, y que somos incapaces siquiera de imaginarlos. Me gustaría descansar mi vista en ese cielo oscuro repleto de lucecitas y preguntarle, una vez más, cómo se llama esa estrella que brilla con más fuerza que las demás.

Esta noche querría estar en Uceda, y tumbarme junto a mis hermanos y mis padres para hablar de todo y de nada mientras no dejamos de mirar el Universo. Hoy, más que nunca, me gustaría escuchar la voz de mi padre mientras contamos las estrellas. 

Mi padre no dejaba de mirar al cielo. Por la noche nos llevaba a las afueras del pueblo para poder contemplar el espectáculo estelar en una oscuridad limpia y profunda, lejos de las luces de las farolas. Yo le miraba a él y luego a las estrellas, y pensaba en distancias inabarcables para mi mente. 

Una noche, tumbados en ese trocito de tierra que tanto quería, mientras intentaba atravesar esa negrura sobrecogedora, oí decir a mi padre que algo positivo de pasar a la otra vida sería que, por fin, tendríamos la respuesta a tantas preguntas que nos hacemos. En el más allá seremos capaces de entender el Universo y ver hasta dónde alcanza. Lo sabremos todo sobre ese infinito que, en esa noche veraniega, nos cubría en la era como un manto de pequeñas luces titilantes. "Sí, tendremos todas las respuestas", decía mi padre, quizás para sí mismo, mientras no apartaba sus ojos de la inmensidad del cielo.

Hoy miro al cielo en soledad y veo estrellas entre algunas nubes. Observo, callado, todo el misterio del Universo sobre mí, pero no tengo a mi padre para compartir los pensamientos ni para preguntarle cómo se llamaba aquella que brilla tanto y que me sigue atrayendo de forma especial. Mi vista se va más lejos y sonrío, porque ahora sí, papá, tendrás todas las respuestas que buscabas.

En memoria de mi padre, tras seis años de ausencia


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