Tan solo una mirada

Parque del Retiro. Enero de 2013

Tan solo ha bastado una mirada para volver a pensar en ti. 

Soy un tipo hecho roca. Duro y tranquilo. Centrado y volcado en el trabajo. Hace meses, años, que no sé nada de ti. Ni una llamada, ni un mensaje, ni un saludo. Nada. Tan solo una felicitación de mi parte que quedó en una respuesta correcta y poco más. Y no quiero más.

Esa foto del Retiro, en pleno mes de invierno, sin visitantes, vacío, a la espera de una estación más cálida y mejor, siempre listo y expectante, con todo dispuesto para llenarse de vida en cualquier momento, es la imagen de esta etapa vital.

Ni te busco ni me buscas. Aunque te veo todos los días en aquel rincón donde paras y no puedo evitar girar la cabeza hacia tu sitio cada vez que me levanto, ya no ocupas ningún lugar en mi pensamiento. No estás en primera fila, pero tampoco en segunda, ni en tercera. Sencillamente te expulsé de mi vida y observé que tu resistencia fue mínima. Mejor dicho, saliste de ella a buen paso y sin mirar atrás. Ni una sola vez te diste la vuelta. Ni un solo gesto de duda cuando saliste por la puerta y la cerraste con un golpe. Ni un tímido intento de rectificación. Tu salida fue como una huida, rápida y certera. 

Ahora lo veo con perspectiva y quizás entienda cosas que antes no quise entender. Seguramente vea lo que antes era invisible para mí. Probablemente empiece a asumir lo que nunca quise saber. Las explicaciones muchas veces son sencillas, mucho más sencillas de lo que nos empeñamos en creer. Y basta con sumar dos más uno y pensar en un tres para que todo cuadre al instante. Pero ya da igual... el dos que el tres. 

Da igual... da igual hasta que tu mirada se cruza con la mía. Tus ojos y los míos, frente a frente, otra vez. Tan solo una mirada ha bastado para comprender que con un solo gesto de tu parte volveríamos a sumar dos. Años después, nos miramos un instante, un segundo en el que parece pararse el mundo, y descubro, una vez más, que jamás me olvidaré de ti.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Así está el Pontón de la Oliva

Ouija en la casa abandonada (I)

Imágenes del río Jarama desbordado