Escapada al norte (día 2)

Zona de baño al bajar los más de 700 escalones del Faro del Caballo, en Santoña
"En la quietud del bosque, me pareció oír hasta el sonido de cómo avanzaba el tiempo, del paso de la vida. Una persona se iba y llegaba otra, un sentimiento desaparecía para dar paso a otro, una forma se desvanecía para que apareciera una nueva. Incluso yo mismo me deshacía para renacer día a día. nada permanecía siempre en el mismo lugar y el tiempo se perdía"

Haruki Murakami, en "La muerte del comendador"
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Amanezco en Laredo
Duermo en Laredo (Hotel Playamar)
Kilometraje: 360,9 km.
Comida: Bocadillos
Cena: Menú en hotel. Potaje y merluza de nuevo (se les acabó el bacalao). Melón
Momento del día: Bajada al faro del Caballo, y baño entre las rocas. Una barcaza turística se acerca y me preguntan si está fría el agua.
Lo mejor: La ruta por el monte Buciero. Espectacular. Alrededor de cinco horas, con bajada al faro del Caballo incluida.
Lo peor: El menú del hotel.

Toca ruta por el monte y los acantilados. Desde el Puntal de Santoña tomo la barca que cruza de Laredo a ese pueblo. Ida, pensado para los peregrinos, dos euros. Ida y vuelta, 3,50 euros. Resulta que Santoña era conocida como el Gibraltar del norte, por la ocupación francesa a principios del siglo XIX. 

Desde el cuartel construido por Isabel II se inicia la ruta por el monte Buciero. Es espectacular. La bajada al faro del Caballo, con sus más de 700 escalones empinadísimos de bajada, ¡y luego de subida! merece la pena. Al llegar al faro hay que seguir bajando algo más para bañarte. Casi nadie lo hace, pero allá voy.

Justo en ese momento, se acerca una de esas barcazas repletas de turistas, que me saludan. "¡Qué bien vives!", me grita una señora. El guía se interesa por la temperatura del agua. Y aprovecha para decir a todos que quien no se atreve a bañarse en esta época del año es un cobarde.

Hago la ruta de los faros completas. Rodeo el monte, y cuando llego al punto de inicio han pasado casi cinco horas. Pero qué bien invertidas.

De vuelta al Puntal, voy solo en la barca. Allí cerca se ven las marismas de Santoña. Me he metido un buen descanso, en el hotel y en la playa, durante toda la tarde.

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