Escapada al norte (día 12)

Playa en Barreiros (Lugo)

Amanezco en Barro.
Duermo en Barreiros (Lugo), hotel El Balcón de San Bartolo (55 euros, desayuno incluido, habitación con vista al mar).
Entre medias: Baño en Playa de Barro y visita a la Playa del Silencio.
Kilometraje: 1.052,7 km.
Comida: Mal.
Cena: Empanada gallega, croquetas de marisco, chirriones fritos y arroz con leche, más agua. En Barreiros.
Momento del día: Caminata por la senda del mar de esta costa de Lugo, entre lluvias. Y al final entre truenos y relámpagos. Bandera amarilla en las playas desiertas, solo ocupadas por los socorristas, y por algún que otro surfista.
Lo mejor: La situación del hotel. Hay que volver con más tiempo. Toda esta zona hay que explorarla bien.
Lo peor: Me falta tiempo para hacer todo lo que quiero.

Me cuesta dejar mi playa, la playa de Barro. La dejo atrás con marea baja, muy baja, tanto que puedes ir caminando a la playa de al lado, algo que no deja de sorprenderme cuando el mar crece y llega hasta casi el aparcamiento del hotel. 

Salto a Galicia, pero hago parada en la playa del Silencio. Me llamó la atención el nombre, tan sugerente. Además, está muy cerca de la autopista, apenas hay que desviarse tres o cuatro kilómetros. El día está gris, y la playa del Silencio, vista desde arriba, tiene un aspecto lúgubre, un tanto siniestro. Es una playa de piedras encerrada entre acantilados, muros de piedra descarnada.

En la playa del Silencio, las olas parecen romper con pereza, como diría Murakami. Denotan cierta desgana en llegar a la orillo y rompen casi por obligación, sin armas apenas alboroto. Imagino un día de invierno, sin nadie alrededor, en esta playa que tiene un toque siniestro. Y el pensamiento sobrecoge.

Bien pasadas las tres de la tarde llego al hotel El Balcón de San Bartolo. Lo buqué a través de Google map, por su situación y porque tenía buena pinta. Pero cuando alcanzo el destino no sé muy bien ni dónde estoy. Sí, es Galicia, cerca de la playa de las Catedrales y poco antes de llegar a Foz. Resulta que es Barreiros.

La tarde es de tormenta, llueve a ratos y acaba tronando entre rayos que caen sobre el mar. El mar está alborotado, con olas que a mí me parecen enormes, pero que aquí solo merecen bandera amarilla. Ataviado con chubasquero y con paraguas, me doy una caminata por la senda marítima, entre dunas y playas y junto a un barrio residencial que parece sacado de una película estadounidense. Hay que volver y disfrutar todo esto con más tiempo.


Playa del Silencio (Asturias)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Así está el Pontón de la Oliva

Ouija en la casa abandonada (I)

Imágenes del río Jarama desbordado