Escapada al norte (día 15)

Playa de Doniños

Domingo, 7 de julio
Amanezco en Ferrol (Parador).
Duermo en Ferrol.
Entre medias: Playa de Doniños y Cabo Portiño.
Kilometraje: 1.248 km. 
Comida: mal.
Cena: surtido de quesos, pulpo a feira y de postre, filloas al orujo.
Momento del día: El baño en la playa, agua helada.
Lo mejor: la cena en el parador, espectacular.
Lo peor: el cabo Portiño.

El día amanece medio nublado en Ferrol, con 18 grados. Desayuno potente para coger fuerzas durante todo el día, incluida una tortilla de claras con salmón que está realmente buena. El desayuno ante el puerto militar es un momento de relax. 

Tardo poco en prepararme y coger el coche para ir a la playa de Doniños, que me han recomendado aquí mismo. Está a un cuarto de hora aproximadamente. El aparcamiento es inmenso, una parte positiva. Y la playa, también. Está abierta al océano, custodiada por dunas. Pero hace frío y no acaba de salir el sol. El mar parece tranquilo, pero es solo un espejismo. Unos minutos después, en plena marea baja, las corrientes saltan a la vista y las olas empiezan a llegar amenazantes.

Recorrer la playa entera te puede llevar media hora fácilmente. Es una playa con pendiente, y el paseo no es demasiado cómodo. Pero es bonito, merece la pena.

Pasadas las 12 el sol empieza a hacer acto de presencia. Pero el viento está fuerte, y la temperatura es bastante fresca. No me animo a bañarme hasta casi las dos. Retiro lo que dije ayer. El agua está helada. Complicado permanecer más de 10 minutos dentro sin tener síntomas de hipotermia. Pero me doy dos baños seguidos, y me dejo arrastrar por grandes olas hasta la orilla, con riesgo de quedarme sin bañador.

La vista al cabo Prioriño es prescindible. Es mucho más bonito su hermano mayor, el cabo Prior. La carretera tiene vistas espectaculares de la costa y las playas, pero cuando llegas arriba te encuentras con el puerto exterior de Ferrol, con aspecto siniestro, y con un faro que no tiene demasiado encanto. No todo va a ser de diez.

De vuelta al parador toca siesta, descanso, lectura y paseo hasta la hora de cenar. Y hoy tenía claro lo que iba a pedir: pulpo a feira. 


Pulpo a feira



Comentarios

Entradas populares de este blog

Así está el Pontón de la Oliva

Ouija en la casa abandonada (I)

Imágenes del río Jarama desbordado