Escapada al norte (día 13)

Playa de Barreiros (o de San Bartolo)
"Tal vez el capitán Ahab debería haberse dedicado a perseguir sardinas"

Haruki Murakami, en "La muerte del comendador"
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Amanezco en Barreiros (o San Bartolo, no lo tengo claro). En cualquier caso, en el hotel El Balcón de San Bartolo, 55 euros desayuno incluido. Bonita y cómoda habitación.
Duermo en Ferrol (en el Parador, por 98,40 euros la noche, con media pensión.
Entre medias: Playa de Barreiros (o de San Bartolo), y paseo por Ferrol.
Kilometraje: 1.178,2 km.
Comida: Sin comentarios.
Cena: Chipirones en su tinta y con perejil, lomo de ternera y surtido de postres. Reventando. El agua es aparte.
Momento del día: El vino blanco en el parador por la tarde, mientras leo el último libro de Murakami. Así, sí.
Lo mejor: El baño en la playa de Barreiros (o San Bartolo) por la mañana.
Lo peor: Las vistas de mi habitación en el parador dan a la parte de atrás.

Mi cama mira al mar, totalmente negro por la noche, pero que brilla tenebroso cuando un rayo cae sobre él, allá a lo lejos. Unos segundos después retumba el trueno. Me duermo escuchando las olas rompiendo contra la costa, a escasos metros de mi cama. Y sueño con mamá.

Cuando amanece, el mar parece otro. Como si hubiera descansado también él durante la noche. Después de la tempestad viene la calma, un dicho clavado para la situación. Se avecina un día espléndido. El desayuno en este hotel no está nada mal. Me lo apunto para mis favoritos. Recojo rápido para aprovechar unas horas de playa antes de ir a mi siguiente parada, en Ferrol.

Las olas, que la tarde anterior chocaban con poderío contra el acantilado sobre el que se asienta el hotel, pequeño acantilado, vale, se han retirado y ahora se puede pasear por una playa infinita. Creo que se podría ir andando ante la playa de las Catedrales, unos kilómetros más al este. No se ve el principio ni el fin de esta playa abierta, salvaje, y por eso tan atractiva.

Después de un largo paseo, que podría seguir a estas horas sin llegar al final de la playa, o eso creo, es hora de coger el coche y poner rumbo a Ferrol. Es una hora y pico de camino por autovías.

El GPS de Google me indica relativamente bien y llego directo al parador de Ferrol. No es de los mejores ni de los más bonitos, pero es cómodo y te invita a descansar. Por la tarde exploro algo esta ciudad, cruzada por largas calles paralelas. Voy arriba y abajo, me acerco al puerto militar, pero apenas se ve nada y vuelvo al parador para coger mi libro, pedirme un vinito y ponerme a leer.

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