Escapada al norte (día 8)

Playa de Barro

Amanezco en Póo (Hotel El Camín).
Duermo en Barro (Hotel Kaype Quintamar, 79,80 euros por noche, media pensión).
Entre medias: Día de playa, buen tiempo. Paseo por la costa y acantilados.
Kilometraje: 646,2 km.
Comida: De mala manera.
Cena: En hotel, pasta, pescado variado y tarta helada. Más vino y casera.
Momento del día: el reencuentro con la playa de Barro.
Lo mejor: El descubrimiento de los acantilados desde la playa de Troenzo. Sigues un camino y te dejas llevas hasta que encuentras un lugar único.
Lo peor: La habitación del hotel. Incómoda, mala cama y calor, mucho calor. Un calor que no se corresponde con el tiempo, claro. Aquí hace fresco todo el día.

He llegado a la playa de Troenzo y he tirado campo a través, hacia la punta. El camino entre vacas es de lo más relajan Antes de que te des cuenta tienes ante ti un paisaje, otro más, que parece sacado de una guía turística. Esto es otro planeta. Un mundo verde y azul, donde manda la naturaleza. A la derecha se ve la playa de Borizu. Ante ti, unos acantilados que te ponen los pelos de punta. No aptos para los que sufran vértigo. Una chica con acento argentino me pregunta por "la cara de Cristo". Me explica que se puede observar en unas rocas si se mira con atención. Pero no conseguimos dar con ella.


Camino que sale desde lo alto de la Playa de Troenzo hasta los acantilados

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